La noche de este lunes, la Fiscalía de Sonora informó que Jesús Antonio “N”, señalado como “probable responsable de los delitos de feminicidio agravado y homicidio infantil en número de tres”, fue vinculado a proceso. La dependencia aseguró que trabaja para obtener “una sentencia condenatoria con la pena máxima que en derecho proceda”.

De acuerdo con la carpeta de investigación, el 3 de julio, entre las 16:00 y 17:00 horas, el imputado —“quien mantenía una relación ocasional y afectiva con Margarita ‘N’”— viajó junto a ella y sus tres hijas menores de edad, dos de once años y una de nueve, rumbo a Bahía de Kino. Alrededor de las 20:00 horas, al llegar al entronque de la carretera 36 con la vía Hermosillo-Bahía de Kino, en las inmediaciones del poblado Miguel Alemán, el hombre presuntamente disparó contra Margarita, abandonando su cuerpo a un costado del camino. El cadáver fue hallado un día después.
Posteriormente, se dirigió siete kilómetros más al norte. Ahí, según los datos presentados por la fiscalía, bajó del vehículo a las tres niñas y les disparó. Sus cuerpos fueron localizados el 5 de julio en un paraje cercano.
Un triste adiós
El velorio se llevó a cabo este lunes, en casa de la abuela paterna de las niñas, al norte de Hermosillo. Ahí, entre coronas blancas y fotografías escolares, decenas de personas acudieron a despedirlas: amigos, vecinos, maestras y compañeras de tercero y sexto de primaria.
Los cuatro ataúdes fueron colocados uno junto al otro, en un salón en un ambiente de silencio y llanto, mientras los asistentes encendían veladoras y dejaban flores. En este contexto, el padre de las niñas y exesposo de Margarita “N”, Carlos Tapia, pidió a las autoridades una sentencia máxima, según reportaron varios medios.

La periodista local Lorenza Sigala, quien documentó el caso en una crónica titulada “El abrazo que la violencia no logró romper”, describió la escena como una de las más desoladoras que ha cubierto en más de quince años de trayectoria.
“Nunca algo me había dolido como esto. Verlas juntas, inertes, abrazadas… fue como mirar el límite último de la injusticia (…) lo que vi no eran sólo víctimas, eran hermanas. Un lazo que ni la violencia pudo romper. Su abrazo fue su último acto de amor. Su resistencia final ante un mundo que les falló desde todos los frentes”, escribió en su cuenta de facebook.
Rafael Acuña Griego, presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Sonora, recordó que el Código Penal estatal contempla una pena máxima de hasta 70 años de prisión para delitos como este. “La penalidad es muy alta por el tipo de delito y la cantidad de víctimas”, señaló a medios de comunicación.